viernes, 27 de abril de 2012



Bogotá, 27 de abril de 2012.

Para quienes hemos tenido la oportunidad de nacer en el seno de una familia convencional y gozar del apoyo y cariño de un padre y una madre, la adopción puede ser una figura jurídica lejana o una opción para aquellos que por medios naturales no pudieron tener la posibilidad de tener hijos. 

image005.jpg@01CD23D7.BC5D3BE0
Sin embargo, la adopción lejos de ser alguna de las dos anteriores, es para miles de niños alrededor del mundo, su única oportunidad para crecer con amor en una familia, y restablecer su bienestar y seguridad. Nuestra responsabilidad como sociedad es escuchar la voz de esos niños, asegurar que su derecho fundamental a la familia se respete y que la esperanza de crecer como parte de una, nunca se pierda.


Cada día en Colombia, una familia comienza a escribir su historia. La adopción hace que aquellos que nacieron en mundos diferentes se unan en torno al amor para cambiar sus propias vidas.
“Hoy después de 5 años mi familia está completa. Hoy podemos decir que somos una familia”, esto es lo que con la voz entrecortada y con Juan Camilo en los brazos, nos dicen Daniel y Jessica Ekeroth, dos ciudadanos suecos que vinieron a Colombia para cambiar la vida de este pequeño de 8 meses de edad y dejar que él, cambiara las suyas para siempre.


image006.jpg@01CD23D7.BC5D3BE0Daniel, Jefe de una oficina postal y Jessica, administradora de una empresa constructora, se conocieron hace 10 años y hace 5 están casados. Cuando se enteraron que no podían ser padres de manera natural, sin dudarlo pensaron en la adopción. Jessica tiene un familiar adoptado en el Brasil y pensaron en Latinoamérica porque según ellos “somos personas alegres y muy cariñosas”.
“Somos finalmente felices. Llevamos 4 años en el proceso de adopción y ahora después de tanto tiempo podemos llevar a casa a nuestro hijo y verlo sonreír al despertar cada mañana”, dice emocionada Jessica mientras carga a su pequeño Juan Camilo, uno de los 419 niños colombianos que se han dado en adopción en el 2012 y  de los 25.988 que han sido adoptados desde el 2002.

“Todo lo que queremos en el Instituto a través de la adopción, es que aquellos niños que no pueden ser retornados a su familia biológica o que no la tienen, puedan gozar de un mejor futuro. Todo es por un acto de amor”, puntualizó el Director General del Bienestar Familiar, Diego Molano Aponte, al escuchar la historia de  Juan Camilo, Jessica y Daniel, la familia “felizmente completa” que parte hacia Suecia con una maleta de sueños.

La adopción es más que una opción, es la materialización de la fe, la esperanza y el amor en la vida de unos seres humanos que se encuentran para escribir juntos una historia llamada “Familia”.